viernes, 31 de enero de 2025

OSSET Y TOMARES EN LA ÉPOCA ROMANA: DOS PILARES DEL ANTIGUO ESTUARIO DEL GUADALQUIVIR


     El antiguo estuario del Guadalquivir fue un escenario clave durante la época romana, donde se desarrollaron importantes núcleos de población que aprovecharon los recursos naturales y la estratégica ubicación de la región. Entre estos asentamientos, destacan Osset y Tomares, dos localidades que, aunque con funciones diferentes, jugaron un papel fundamental en la organización territorial y económica de la Bética romana. En esta entrada, exploraremos cómo estas dos localidades contribuyeron al desarrollo de la región y qué huellas han dejado en la historia de Tomares.

    Osset, conocida también como Osset Iulia Constantia, fue una ciudad romana situada en la margen derecha del Guadalquivir, cerca de lo que hoy es San Juan de Aznalfarache. Su posición elevada le permitía controlar visualmente el estuario y las principales vías de comunicación, tanto terrestres como fluviales. Esta ubicación privilegiada convirtió a Osset en un centro administrativo y comercial de gran importancia durante la época romana.

    Las fuentes clásicas, como Plinio el Viejo, y las inscripciones epigráficas encontradas en la zona confirman la relevancia de Osset. La ciudad formaba parte de la red de asentamientos romanos en la Bética y estaba estrechamente vinculada a otras urbes importantes como Hispalis (Sevilla) y Gades (Cádiz). Su función principal era la gestión del territorio y la explotación de los recursos agrícolas, que se transportaban a través del río hacia otros puntos del imperio.

Centro de interpretación de Osset Julia Constancia en San Juan de Aznalfarache

    Las excavaciones arqueológicas han revelado restos de murallas, edificios públicos y viviendas, así como cerámica y monedas que atestiguan su actividad económica. Además, las necrópolis descubiertas en la zona nos ofrecen una visión de las prácticas funerarias y la composición social de sus habitantes. Osset no solo fue un núcleo de poder, sino también un reflejo de la capacidad de los romanos para organizar y explotar eficientemente el territorio.

    Mientras Osset destacaba como centro administrativo, Tomares se consolidó como un ejemplo de asentamiento rural dedicado a la explotación agrícola. Situado en las cercanías del Guadalquivir, Tomares formaba parte de un sistema de villas romanas que se extendían por las márgenes del estuario. Estas villas eran el motor de la producción agropecuaria, abasteciendo a las ciudades cercanas y contribuyendo a la economía del imperio.

    En Tomares se han encontrado restos de una villa romana que incluyen estructuras relacionadas con la producción de aceite y vino, dos de los productos más importantes de la Bética. Entre los hallazgos destacan las prensas de aceite (trapetum), los almacenes (horrea) y las áreas residenciales decoradas con mosaicos y pinturas murales. Estos elementos indican que la villa pertenecía a una familia de cierto nivel económico y social, probablemente vinculada a la élite local.

    Además, Tomares estaba conectado con otros asentamientos a través de una red de caminos y vías fluviales, lo que facilitaba el transporte de productos hacia los mercados regionales y el puerto de Hispalis. Esta integración en la red comercial romana refleja la importancia de la agricultura en la economía de la región y cómo Tomares se convirtió en un enclave clave para la producción y distribución de bienes.

    El poblamiento romano en las márgenes del Guadalquivir se caracterizó por una organización jerárquica del territorio. Ciudades como Osset actuaban como centros administrativos y comerciales, mientras que asentamientos rurales como Tomares se dedicaban a la producción agrícola. Esta estructura permitía una explotación eficiente de los recursos y una integración efectiva en el sistema económico del imperio.

    El río Guadalquivir jugó un papel fundamental como eje de comunicación y transporte. Su navegabilidad facilitaba el movimiento de mercancías y personas, lo que contribuía a la prosperidad económica de la región. Además, la construcción de infraestructuras como puentes, calzadas y puertos refleja el alto grado de desarrollo alcanzado durante la época romana.


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