Tomares-San Juan: Deslinde territorial
La historia de Tomares y San Juan de Aznalfarache ha estado marcada por una relación estrecha que se remonta siglos atrás. Hasta finales del siglo XIX, Tomares formaba parte del término municipal de San Juan, dependiendo administrativamente de este último. Sin embargo, el proceso de segregación en 1890 marcó un hito en la historia de ambas localidades, definiendo sus territorios y estableciendo las bases de su evolución independiente.
La herencia heráldica: Testimonio de una historia compartida
El escudo de Tomares es un claro reflejo de su vinculación histórica con San Juan de Aznalfarache. En su diseño, se observa un cuartelado en aspa con la cruz de San Juan de Jerusalén en los espacios superior e inferior, y una torre de oro a ambos lados. Como timbre, la Corona Real Cerrada simboliza su pertenencia histórica a la monarquía. Esta misma cruz de San Juan de Jerusalén está presente en el escudo de San Juan de Aznalfarache, evidencia de la herencia común que ambas localidades comparten desde tiempos medievales.
La separación política y el deslinde territorial de 1890
El proceso de segregación de Tomares respecto a San Juan de Aznalfarache estuvo influenciado por diversos factores, principalmente económicos y demográficos. Durante la segunda mitad del siglo XIX, San Juan experimentó un notable auge industrial y comercial, convirtiéndose en el principal centro económico y de servicios del Aljarafe. Este desarrollo propició un incremento exponencial de su población, alcanzando un crecimiento del 1800 %.
En el momento de la separación, la población de ambas localidades estaba prácticamente equilibrada: Tomares contaba con 590 habitantes, mientras que San Juan tenía 586. Sin embargo, la distribución de la riqueza y del territorio debía resolverse de manera equitativa. La división de los bienes municipales estableció que San Juan recibiría 35.530 pesetas y Tomares 35.288 pesetas. En cuanto a la delimitación territorial, a Tomares se le asignaron 500 hectáreas, delimitando así su jurisdicción y estableciendo su autonomía administrativa.
Consecuencias de la segregación y evolución posterior
La separación política entre ambas localidades marcó un punto de inflexión en su desarrollo. Mientras San Juan de Aznalfarache continuó consolidándose como un núcleo industrial y comercial clave en la comarca, Tomares experimentó una evolución más ligada a la actividad agrícola y, posteriormente, a la expansión residencial que caracterizó al municipio en el siglo XX.
Hoy en día, la memoria de aquella división sigue presente en la configuración territorial de ambos municipios, así como en la identidad heráldica de Tomares, que sigue reflejando en su escudo los vestigios de su pasado ligado a San Juan. La relación entre ambas localidades, aunque separadas administrativamente, continúa siendo estrecha y reflejo de una historia compartida que ha moldeado la identidad del Aljarafe sevillano.