"Subida a Tomares en lo alto de la línea de colinas, magnífica vista de la llanura del Guadalquivir, debajo Sevilla." Washington Irving
viernes, 29 de marzo de 2019
EL CASERÍO DE LA HACIENDA SANTA EUFEMIA
El caserío de la Hacienda Santa Eufemia tal y como la conocemos hoy data de finales del siglo XVII, pero desde entonces hasta hoy ha sufrido importantes transformaciones, hasta la práctica desaparición del propio olivar en la actualidad. Su arquitectura originaria puede adscribirse al modelo consolidado con elementos del barroco urbano y es una muestra excelente de este estilo artístic.
El acceso a la finca tenía lugar al sur de la edificio principal, una preportada junto a la vivienda del guarda con torre mirador destinada a la vigilancia de la finca. A continuación un camino entre árboles lleva al caserío principal de la hacienda. El conjunto en blanco y almagra, con sus faldones de tejas y abundantes almenas y pirindolas de cerámica. Cuenta con señorío que tiene arquería sobre columnas de mármol a modo de amplio mirador hacia la ciudad y un excelente jardín delantero. El patio central tiene planta cuadrangular. Detrás del caserío se encuentra el molino aceitero, con torre contrapeso enladrillada con cinco pinaculillos de remates cerámicos, en cuyo apilastrado lateral puede leerse en grandes letras la fecha "año de 1698", que debió coincidir con la construcción del actual caserío.
LA HACIENDA SANTA ANA, HOY CONSISTORIO
No podemos entender a Tomares moderno sin conocer sus haciendas. Las Haciendas, edificio típico del
ámbito rural andaluz, constituyen las construcciones de mayor interés
arquitectónico del Bajo Guadalquivir. Se trata de edificaciones amplias y
aisladas que estaban situadas en el borde de los caminos o junto a las casas de los pueblos.
Destinadas al cultivo y explotación del olivar alcanzaron su mayor hegemonía a finales
de la edad moderna, aunque sus precedentes son anteriores a la propia
reconquista como sucesoras de las alquerías
musulmanas y de las villae romanas.
No se sabe con exactitud la fecha de construcción de la
Hacienda Santa Ana, pero probablemente podríamos hablar de mediados del siglo
XVII. Sí sabemos por el mapa que encargó el Conde Duque de Olivares del territorio de Tomares que
en 1628 aparecen hasta 14 de estas edificaciones de las que sólo cuatro se conservan en la
actualidad. Se trata de las haciendas de Montefuerte, Zaudín, El Carmen y Santa
Eufemia. La construcción de la Hacienda
Santa Ana por tanto debió ser posterior a esta fecha, posiblemente por encargo del propio
Conde Duque que la utilizaría como residencia veraniega en las afueras de
Sevilla.
En general, las haciendas y en particular la de Santa Ana consisten en
grandes construcciones horizontales, cerradas al exterior, organizadas
en torno a uno o varios patios y en las que hay que distinguir dos
zonas principales
bien diferenciadas: la casa de labor y el señorío acompañado normalmente
por un
jardín.
El patio de labor agrupa a su alrededor al conjunto de las
dependencias agrícolas de la hacienda. En el patio del señorío se localiza la
vivienda del propietario, con capilla y la vivienda del casero junto al molino
y los almacenes.
Nuestra Hacienda situada en la calle de la Fuente es hoy
sede de la Casa Consistorial. Rehabilitada recientemente bajo la dirección del
arquitecto sevillano Vázquez Consuegra
ha logrado integrar la nueva
arquitectura con el viejo edificio en un ejercicio de conservación y
renovación. En resumen podemos señalar los siguientes elementos:
- El jardín de la hacienda fue transformado en parque. Situado al noroeste de la edificación, hoy tiene la denominación de Jardines del Conde, siendo lugar de múltiples celebraciones y espectáculos al aire libre.
- De las antiguas edificaciones se han conservado los entramados de madera y las cubiertas inclinadas de teja árabe.
- El área del señorío mantiene la fachada barroca con arco rebajado enmarcado por pilastras con balcón cubierto con tejas y arco de medio punto. Constituye el actual acceso principal que da a la calle La Fuente.
- En su interior nos aparecen dos patios, el primero presidido por un gran ficus que actúa como vestíbulo. El segundo, al que se llega desde el primero atravesando la base de la torre, es el patio del señorío propiamente dicho.
- La Torre-Mirador tiene pilastras con arcos dobles sobre columnas en los lados mayores y arco de medio punto sobre pilastras en los menores. Su cubierta es de teja a cuatro aguas y está rematada con una veleta.
- La planta alta contigua es la que fuera casa del guarda.
Se trata pues de un valioso testigo del patrimonio agrario
andaluz que hoy disfrutamos los tomareños como sede de la vida social y
cultural del municipio.
Plano del edificio |
Los jardines del Conde |
"LA CHIPI CAMPANERA"
Serafina Negron Díaz mas conocida en nuestro pueblo como “la chipi”
era la campanera y encargada de las toques de misa, los toques de
gloria y de misas de difunto ademas de limpiar la entrada de la iglesia
cuando habia bodas. La chipi fue una mujer dedicada enteramenta la vida
de la iglesia dando su vida en ella y siempre dispuesta para cuando te
hacia falta entrar en la iglesia a cualquier hora. Sin duda ella era es y
sera una tomareña de pro de las que poco quedan y siempre se le llenaba
la boca cuando hablaba de su Virgen de Los Dolores y su Cristo de la
Vera+cruz y se emocionaba con la primera cuando veia salir al simpecado
del Rocio.
La Chipi siempre estara con nosotros y en nuestro recuerdo. La junta de
gobierno del Ayuntamiento decidió a en febrero de 2010 dedicarle el
callejón que está frente a su casa, callejón situado entre la calle
Navarro Caro y la Plaza de la Constitución, aquel Serafina que
atravesaba todos los días.
CALLE REAL, CALLE LARGA, HOY CALLE CLARA CAMPOAMOR
Con anterioridad, esta vía se denominó calle Real. No en vano era la arteria principal de la localidad y la historia relata que fue la que utilizó Fernando III en su conquista del Aljarafe en el siglo XIII. La continuación de esta calle hacia el Este, era y es hoy en día, el Camino Viejo, el antiguo Camino de Sevilla.
El origen de esta vía data de la inmediata ocupación cristiana del territorio del Aljarafe tras la conquista de Sevilla por los reinos cristianos. El sistema utilizado para trazar el viario era el modelo romano de dos calles principales (cardus y decumanum) que se cruzan en ángulo recto, lo cual coincidía con la simbología de la cruz cristiana. Pues bien, ese cruce en nuestro caso no es otro que las Cuatro Esquinas, de la que la Calle Larga es uno de sus brazos, en concreto el que llevaba a Sevilla.
Tenemos constancia de que desde el siglo XV este camino es uno de los principales de Sevilla con el Aljarafe. En nuestro caso se denominaba el "camino real de Aznalcázar" y transcurría por Tomares, pasando por Bormujos, Bollullos y Aznalcázar, localidad donde se encontraba una importante producción vinícola.
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