No podemos entender a Tomares moderno sin conocer sus haciendas. Las Haciendas, edificio típico del
ámbito rural andaluz, constituyen las construcciones de mayor interés
arquitectónico del Bajo Guadalquivir. Se trata de edificaciones amplias y
aisladas que estaban situadas en el borde de los caminos o junto a las casas de los pueblos.
Destinadas al cultivo y explotación del olivar alcanzaron su mayor hegemonía a finales
de la edad moderna, aunque sus precedentes son anteriores a la propia
reconquista como sucesoras de las alquerías
musulmanas y de las villae romanas.
No se sabe con exactitud la fecha de construcción de la
Hacienda Santa Ana, pero probablemente podríamos hablar de mediados del siglo
XVII. Sí sabemos por el mapa que encargó el Conde Duque de Olivares del territorio de Tomares que
en 1628 aparecen hasta 14 de estas edificaciones de las que sólo cuatro se conservan en la
actualidad. Se trata de las haciendas de Montefuerte, Zaudín, El Carmen y Santa
Eufemia. La construcción de la Hacienda
Santa Ana por tanto debió ser posterior a esta fecha, posiblemente por encargo del propio
Conde Duque que la utilizaría como residencia veraniega en las afueras de
Sevilla.
En general, las haciendas y en particular la de Santa Ana consisten en
grandes construcciones horizontales, cerradas al exterior, organizadas
en torno a uno o varios patios y en las que hay que distinguir dos
zonas principales
bien diferenciadas: la casa de labor y el señorío acompañado normalmente
por un
jardín.
El patio de labor agrupa a su alrededor al conjunto de las
dependencias agrícolas de la hacienda. En el patio del señorío se localiza la
vivienda del propietario, con capilla y la vivienda del casero junto al molino
y los almacenes.
Nuestra Hacienda situada en la calle de la Fuente es hoy
sede de la Casa Consistorial. Rehabilitada recientemente bajo la dirección del
arquitecto sevillano Vázquez Consuegra
ha logrado integrar la nueva
arquitectura con el viejo edificio en un ejercicio de conservación y
renovación. En resumen podemos señalar los siguientes elementos:
- El jardín de la hacienda fue transformado en parque. Situado al noroeste de la edificación, hoy tiene la denominación de Jardines del Conde, siendo lugar de múltiples celebraciones y espectáculos al aire libre.
- De las antiguas edificaciones se han conservado los entramados de madera y las cubiertas inclinadas de teja árabe.
- El área del señorío mantiene la fachada barroca con arco rebajado enmarcado por pilastras con balcón cubierto con tejas y arco de medio punto. Constituye el actual acceso principal que da a la calle La Fuente.
- En su interior nos aparecen dos patios, el primero presidido por un gran ficus que actúa como vestíbulo. El segundo, al que se llega desde el primero atravesando la base de la torre, es el patio del señorío propiamente dicho.
- La Torre-Mirador tiene pilastras con arcos dobles sobre columnas en los lados mayores y arco de medio punto sobre pilastras en los menores. Su cubierta es de teja a cuatro aguas y está rematada con una veleta.
- La planta alta contigua es la que fuera casa del guarda.
Se trata pues de un valioso testigo del patrimonio agrario
andaluz que hoy disfrutamos los tomareños como sede de la vida social y
cultural del municipio.
Plano del edificio |
Los jardines del Conde |