Mostrando entradas con la etiqueta Miguel de Obando. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Miguel de Obando. Mostrar todas las entradas

jueves, 30 de enero de 2025

EL MAPA DE OBANDO DE 1628: UNA VENTANA A LA HISTORIA DE TOMARES


Mapa de Obando, de 1628


    EMapa de Obando de 1628, titulado “Planta de la villa de Tomares y de San Juan su anejo y alquerías de Santofimia, cuya jurisdicción, señorío y vasallaje compró el señor Conde Duque de Olivares en la ciudad de Sevilla en 1628”, es un documento cartográfico de gran valor histórico para entender el desarrollo urbano y territorial de Tomares. Este mapa, elaborado por el alférez Miguel de Obando, fue encargado por el Conde Duque de Olivares, Gaspar de Guzmán, con el objetivo de conocer las medidas exactas de estos lugares y su organización en el siglo XVII.

    El mapa no solo representa la villa de Tomares, sino también su anejo, San Juan de Alfarache, y las alquerías de Santofimia (Santa Eufemia). Entre los lugares destacados que aparecen en el mapa se encuentran las alquerías de la Mascareta, Zaudín Bajo y Santafimia (Santa Eufemia). Este documento gráfico es fundamental para comprender el origen del Tomares moderno, cuyo núcleo original se sitúa en torno a la Hacienda de Santa Ana (actual Ayuntamiento) y la Hacienda de Montefuerte (actual Biblioteca), extendiéndose hasta el manantial de la Fuente de Tomares (calle La Fuente).

En el siglo XVII, el término de Tomares contaba con catorce alquerías o haciendas habitadas, muchas de las cuales han perdurado hasta nuestros días. Sin embargo, el mapa excluye algunas, como la Hacienda de Zaudín, por estar demasiado alejada del núcleo primitivo, y la Hacienda de Santa Ana, que aún no existía en 1628.

    La única hacienda representada en el mapa de 1628, aparte de Santa Eufemia, es la Hacienda de Montefuerte. Esta se muestra con una torre y una iglesia como parte intrínseca de su estructura. La torre servía como contrapeso del molino de aceite, típico de estas haciendas. La puerta de entrada a la hacienda, situada detrás de la parroquia, aún conserva los escudos en su portada y da acceso a la actual Plaza de la Constitución. Estos elementos formaban parte de los límites septentrionales de la hacienda, que aparece amurallada en el mapa.

    El origen de la urbanización actual de Tomares parece tener su eje central en el cruce del “Camino Viejo” hacia Sevilla con el camino a Castilleja de la Cuesta. Este eje se identifica con las actuales calles de Tomás de Ybarra, Navarro Caro, Clara Campoamor y Calle de la Fuente, donde se localizan enclaves de interés como las Haciendas de Santa Ana, Montefuerte y Zaudín Bajo, la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Belén y el manantial de la Fuente de Tomares.

    Tras la muerte de Gaspar de Guzmán, Tomares y San Juan pasaron a manos de Luis Méndez de Haro, heredero del título, y posteriormente a su nieto Gaspar de Haro, quien no tuvo descendencia masculina. Su hija, Catalina, se casó con el Duque de Alba, consolidando así el control de la nobleza sobre estas tierras. Sin embargo, en el siglo XIX, tras la desamortización de Madoz en 1855, gran parte de la propiedad del territorio aljarafeño pasó a manos de la burguesía agraria sevillana. Durante este período, las haciendas comenzaron a cobrar protagonismo no solo como caseríos del olivar, sino también como residencias temporales de la burguesía agraria, que consolidó su poder territorial y político. Mientras tanto, la mayoría de la población trabajaba en el campo y en pequeñas manufacturas.

lunes, 20 de abril de 2015

LA VENTA DE LA MASCARETA: UN PUNTO CLAVE EN LOS CAMINOS HISTÓRICOS DE TOMARES

Detalle del mapa de Obando de 1628
    
    En pleno casco urbano de Tomares, se encuentra uno de los edificios históricos más representativos del municipio: la Venta de la Mascareta. Su estructura rectangular, con tejado a dos aguas, se conserva desde hace siglos como testimonio del papel de Tomares como lugar de paso en las rutas tradicionales del Aljarafe.​

    La venta se levantó junto al camino real de Aznalcázar, una de las siete rutas que partían desde Sevilla. Esta vía, utilizada desde al menos el siglo XV, comenzaba en la antigua Hacienda de la Torrecilla (en la actual Triana), cruzaba el Charco de la Pava y el arroyo de la Madre Vieja, y ascendía por el Camino Viejo de Sevilla, ya en el término de Tomares, hasta llegar a la venta.​

    Desde allí, los viajeros continuaban su trayecto hacia Zaudín Bajo, Bollullos y Aznalcázar. Era una ruta muy transitada por comerciantes, ganaderos y personas que se desplazaban entre pueblos del Aljarafe y la capital.​

    La ubicación de la venta no era casual. Cerca del edificio pasaba el arroyo de las Fuentes, también conocido como la Fuente de la Mascareta, que aseguraba el abastecimiento de agua durante todo el año. Esto hacía del lugar un punto ideal para descansar, repostar víveres o abrevar el ganado.​

    Además de viajeros y animales, por la venta pasaban regularmente mercaderes, arrieros y trashumantes, por lo que fue durante siglos un lugar con gran movimiento y actividad.​

    Aunque no hay documentos que indiquen con exactitud cuándo se construyó, se cree que el enclave pudo estar habitado ya en época romana, posiblemente entre los siglos II y VII d.C., dada su situación en una vía secundaria que comunicaba con Osset e Itálica.​

    Lo que sí se sabe es que en el año 1628 la venta ya aparece representada en un plano realizado por el ingeniero Miguel de Obando para el Conde-Duque de Olivares, con una estructura muy similar a la actual: dos plantas y un porche con arcadas.​

    Durante la epidemia de peste del siglo XVII en Sevilla, la venta sirvió como puesto de control sanitario, para evitar que personas infectadas accedieran a la ciudad por este camino.​

    Más adelante, durante la ocupación napoleónica, el edificio fue reutilizado como puesto militar francés, desde donde se vigilaban los movimientos del ejército anglo-español en la zona.​

    Con la construcción de la carretera Sevilla-Huelva y el cambio en las rutas principales a lo largo del siglo XIX, el camino real fue perdiendo importancia y con él, también la actividad de la venta fue disminuyendo. La reordenación territorial de la provincia —con Huelva como capital desde 1833— también contribuyó a este proceso.​

    Sin embargo, en la actualidad, la Venta de la Mascareta ha sido objeto de un proceso de rehabilitación. Las obras han permitido conservar este edificio histórico, que ahora forma parte del patrimonio cultural de Tomares
Fotografía de BenBaso.com