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viernes, 25 de abril de 2025

TOMARES EN LA RED VIARIA ROMANA: CAMINOS ENTRE HISPALIS, ITALICA Y EL ALJARAFE

 


     Durante la época romana, el actual territorio de Tomares no aparece citado con un nombre propio en las fuentes escritas, a diferencia de otras localidades vecinas como Hispalis (Sevilla), Itálica (Santiponce) o Osset (San Juan de Aznalfarache). Lo más probable es que esta zona formara parte del territorium rural de Hispalis o estuviera vinculada al ámbito agrícola de Osset, integrada en una red de villae y asentamientos rurales dependientes de las grandes ciudades romanas del valle del Guadalquivir.

    Aunque sin protagonismo urbano propio, Tomares sí se encontraba bien comunicada dentro del entramado viario de la Bética, formando parte de un cruce de caminos secundarios y principales que conectaban algunos de los núcleos más importantes del sur peninsular.

    Entre las rutas más destacadas que atravesaban o bordeaban el entorno de Tomares encontramos:

  • La vía Hispalis – Itálica – Emérita Augusta, que unía Sevilla con la capital de la Lusitania (la actual Mérida). Esta ruta discurría cerca de Tomares y era utilizada para conectar dos centros fundamentales de poder y administración en Hispania.

  • La vía Hispalis – Onuba (actual Huelva), que pasaba por localidades como Camas, Salteras, Valencina, Tejada (Itvci), Ilipa Magna (Alcalá del Río) y Onuba. Esta vía permitía el tránsito entre la zona costera atlántica y el valle del Guadalquivir.

  • La Vía Augusta, que recorría toda Hispania desde los Pirineos hasta Gades (Cádiz), cruzaba la Bética y pasaba por la zona de influencia de Itálica e Hispalis. Aunque Tomares no estaba directamente en esta calzada, su proximidad le otorgaba una posición secundaria estratégica.

    A las grandes calzadas se sumaban otras vías secundarias, como la que unía La Puebla del Río con Itálica, pasando por el antiguo asentamiento de Osset (hoy San Juan de Aznalfarache) y la zona conocida como Santa Eufemia, muy próxima al actual municipio de Tomares. Esta ruta permitía la comunicación entre la margen derecha del Guadalquivir y el centro político y cultural de Itálica.

    Además, existían veredas y caminos locales, como:

  • La Vía de la Mascareta, que discurría por zonas cercanas del Aljarafe.

  • La Calle Real de Castilleja, que marcaba el límite norte del actual término municipal de Tomares y era una vía de tránsito frecuente entre pueblos vecinos.

    El territorio que hoy ocupa Tomares estuvo rodeado de poblaciones y mansiones romanas cuyas denominaciones conservamos gracias a fuentes como el Itinerario de Antonino. Entre ellas destacan:

  • Ilipa Magna (Alcalá del Río), nodo importante del valle.

  • Itvci (Tejada), paso en la ruta hacia Onuba.

  • Axati (Lora del Río), al este del valle.

  • Basilippo (cerca de Arahal) o Ostippo (Estepa), ya más alejadas pero dentro del radio del territorio bético.

  • Ilipla (Niebla), con conexión hacia el Atlántico.

    Aunque el trazado moderno ha borrado muchas de estas rutas, otras han quedado marcadas en los caminos rurales, en los límites de los términos municipales o incluso en los nombres tradicionales de algunas calles y veredas. La situación de Tomares —sobre una loma del Aljarafe, entre Itálica, Osset e Hispalis— lo convirtió en punto de paso de un mundo en movimiento.

    Los caminos romanos no eran solo infraestructura: eran canales de cultura, comercio y civilización, y su paso por la comarca dejó una impronta que todavía forma parte del paisaje y la historia que habitamos.

jueves, 30 de enero de 2025

HERNAN CORTÉS Y TOMARES: LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL CONQUISTADOR EN LA CALLE REAL


Hernán Cortés. Imagen del diario ABC


    Hernán Cortés, el famoso conquistador de México, mantuvo una vínculo significativo con Tomares durante los últimos años de su vida. Si bien su legado está profundamente ligado a la conquista del Imperio azteca, su presencia en Tomares forma parte de la historia local, especialmente en relación con la administración de tierras y la propiedad de su residencia en la Calle Real.

    En el siglo XVI, el Concejo de Tomares administraba un extenso territorio que incluía los terrenos de Coca de la Piñera, parte de la hacienda del Conde de Altamira. En 1539, la Calle Real de Castilleja fue desligada de la Orden de Santiago y pasó a ser propiedad de la Corona, quedando bajo la administración municipal de Tomares. Este contexto histórico es crucial para entender la relación entre Cortés y Tomares, ya que su residencia se encontraba precisamente en esta zona.

Lápida conmemorativa

    A la edad de 62 años, Hernán Cortés pasó sus últimos días en el palacio situado en la Calle Real de Castilleja. A pesar de haber solicitado ser enterrado en Coyoacán, México, su fallecimiento el 2 de diciembre de 1547 en Castilleja de la Cuesta provocó que su cuerpo permaneciera inicialmente en España. Su testamento fue validado por el escribano público del Concejo Municipal de Tomares, Tomás del Río, consolidando así la relación del conquistador con esta localidad sevillana.

Palacio de Hernán Cortés en la calle Real de Castilleja

    El palacio donde Cortés pasó sus últimos días es una construcción del siglo XVI de estilo neomudéjar, con recios muros y almenas que le confieren un aspecto de fortaleza. Tras la muerte del conquistador, la edificación cayó en el abandono hasta el siglo XIX, cuando fue adquirida por Alfonso de Orleans, duque de Montpensier, quien lo utilizó como residencia de verano. A finales del siglo XIX, el inmueble fue cedido a una congregación de religiosas irlandesas procedentes de Gibraltar, quienes llegaron a Sevilla en septiembre de 1899. Desde entonces, este grupo, conocido popularmente como "Las Irlandesas", se hizo cargo de la propiedad. En 1903, la reina María Cristina les otorgó la titularidad del edificio, convirtiéndolo en un colegio que sigue en funcionamiento hasta el día de hoy.

 

viernes, 29 de marzo de 2019

CALLE REAL, CALLE LARGA, HOY CALLE CLARA CAMPOAMOR

La imagen, de los años 50, corresponde a la actual calle Clara Campoamor, llamada entonces Calvo Sotelo, hasta las Cuatro Esquinas, y Navarro Caro, nombre que aún conserva, desde las Cuatro Esquinas hasta la Iglesia de Santa Ana. Entonces era peatonal aunque no lo fuera por la ausencia de coches.
Con anterioridad, esta vía se denominó calle Real. No en vano era la arteria principal de la localidad y la historia relata que fue la que utilizó Fernando III en su conquista del Aljarafe en el siglo XIII. La continuación de esta calle hacia el Este, era y es hoy en día, el Camino Viejo, el antiguo Camino de Sevilla.
El origen de esta vía data de la inmediata ocupación cristiana del territorio del Aljarafe tras la conquista de Sevilla por los reinos cristianos. El sistema utilizado para trazar el viario era el modelo romano de dos calles principales (cardus y decumanum) que se cruzan en ángulo recto, lo cual coincidía con la simbología de la cruz cristiana. Pues bien, ese cruce en nuestro caso no es otro que las Cuatro Esquinas, de la que la Calle Larga es uno de sus brazos, en concreto el que llevaba a Sevilla.
Tenemos constancia de que desde el siglo XV este camino es uno de los principales de Sevilla con el Aljarafe. En nuestro caso se denominaba el "camino real de Aznalcázar" y transcurría por Tomares, pasando por Bormujos, Bollullos y Aznalcázar, localidad donde se encontraba una importante producción vinícola.