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jueves, 30 de enero de 2025

LA CALDERONA EN TOMARES: UN OLIVAR, UNA ACTRI Y UN HIJO DE REY

La Calderona. Imagen de Wikipedia CC

    En el siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV, Tomares fue testigo de un curioso episodio histórico que vinculó a la corona española con una de las figuras más fascinantes de la época: María Calderón, conocida como La Calderona. Este nombre no solo quedó asociado a la actriz madrileña, favorita del rey, sino también a una suerte de olivar en Tomares que pasó a manos de su hijo, Juan José de Austria, fruto de su relación con el monarca.

    La historia comienza con el Conde-Duque de Olivares, valido de Felipe IV y una de las figuras más poderosas de la corte. En 1625, el Conde-Duque había adquirido unas alcabalas (impuestos sobre la venta de bienes) que, sin embargo, no llegó a pagar en su totalidad. Ante esta deuda, se vio obligado a devolverlas a la hacienda real. Como parte de este proceso, cedió una suerte de olivar en Tomares, que pasó a manos del infante Juan José de Austria, hijo ilegítimo del rey y de María Calderón. Este olivar recibió el nombre de La Calderona, en honor a la madre del infante.

    María Calderón, conocida en los círculos teatrales de Madrid como La Calderona, fue una actriz de gran talento y belleza que cautivó al rey Felipe IV. Aunque estaba casada y era viuda de un yerno del Conde-Duque de Olivares, su relación con el monarca dio fruto a un hijo: Juan José de Austria. Este hecho no pasó desapercibido en la corte, donde la reina Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, mostró su indignación al descubrir que el rey había colocado a la actriz en un lugar destacado de la Plaza Mayor de Madrid durante unas festividades. La reina logró que María fuera relegada a un lugar más discreto, que el pueblo bautizó irónicamente como el balcón de Marizápalos, en alusión a su condición de amante real.

Balcón de Marizápalos, en la Plaza Mayor de Madrid

    A pesar de los deseos de María Calderón de mantener a su hijo cerca, Juan José de Austria fue apartado de su madre y entregado a una familia de confianza para ser educado como príncipe. Reconocido como hijo ilegítimo del rey, Juan José de Austria llegaría a ser una figura clave en la política española del siglo XVII, destacando como militar y político durante el reinado de su medio hermano, Carlos II.

    El olivar de La Calderona en Tomares no solo representa un vínculo entre Tomares y la corona, sino también un testimonio de las complejas relaciones de poder, intrigas y pasiones que marcaron la España del Siglo de Oro. Este episodio histórico, en el que se entremezclan el amor, la política y el teatro, nos recuerda cómo los nombres y los lugares pueden guardar historias fascinantes que trascienden el tiempo.

    Hoy, La Calderona sigue siendo un símbolo de aquella época, un legado que conecta a Tomares con uno de los periodos más apasionantes de la historia de España. A través de este olivar, podemos imaginar las vidas de aquellos personajes que, desde la corte o el escenario, dejaron una huella imborrable en la memoria colectiva. Como testimonio de su relevancia histórica, el municipio de Tomares ha honrado su memoria dedicándole una calle, un gesto que refuerza el vínculo entre el pasado y el presente, y que invita a los vecinos y visitantes a recordar la fascinante historia que une a esta localidad sevillana con una de las figuras más intrigantes del Siglo de Oro.

lunes, 10 de julio de 2023

CONDE DUQUE DE OLIVARES EN TOMARES Y SU INFLUENCIA EN TOMARES Y SAN JUAN DE AZNALFARACHE


    Gaspar de Guzmán y Pimentel, conocido como el Conde-Duque de Olivares, fue una figura central en la política española del siglo XVII y un personaje clave en la corte del rey Felipe IV. Su meteórica carrera y su ascenso a la figura de favorito o valido del monarca, le permitió acumular un enorme poder y una influencia considerable sobre diversos territorios de Andalucía, incluyendo la zona del Aljarafe sevillano.

    La historia de Gaspar Guzmán comienza con su nombramiento como valido de Felipe IV en 1621, un cargo que le otorgaba un poder casi absoluto, como consejero de confianza del rey. Aprovechando esta posición, Olivares comenzó a consolidar su poder político y su riqueza personal. En 1623, recibió el cargo de alcaide del Alcázar de Sevilla, un título que le brindaba aún más control sobre la ciudad, y en el mismo periodo compró el señorío de Sanlúcar la Mayor. Un año más tarde, en 1624, obtuvo las alcabalas de Tomares, una de las principales fuentes de ingresos del reino, consolidando su dominio sobre esta localidad, que entonces era la cabecera de la comarca de San Juan, una de las siete jurisdicciones del Reino de Sevilla.

    El poder de Olivares creció rápidamente y, en 1625, el rey Felipe IV lo distinguió con el título de duque de Sanlúcar, lo que transformó su nombre en el famoso "Conde-Duque de Olivares". En esta época, adquirió varias posesiones, ampliando su dominio territorial. Entre sus nuevas adquisiciones se encontraba la calle Real de Castilleja de la Cuesta y, en 1627, los municipios de San Juan y Tomares, que por aquel entonces contaban con una población reducida de unos 250 habitantes. Su influencia territorial fue tal que muchos lo conocían como el "señor del Estado de Olivares", una referencia al vasto control que ejercía sobre estos territorios sevillanos.

    Durante su señorío, el Conde-Duque de Olivares encargó la construcción de la Hacienda Santa Ana, un edificio que, hoy en día, es el consistorio de Tomares. La finalidad inicial de este proyecto parecía ser la creación de una residencia veraniega, un lugar de descanso y lujo para la nobleza de la época. Sin embargo, su influencia no se limitó a la arquitectura, sino que también se extendió al ámbito cultural y administrativo. En 1628, el Conde-Duque encomendó a Miguel de Obando la creación de una cartografía de la villa de Tomares y San Juan de Aznalfarache, así como de las distintas alquerías de su jurisdicción, demostrando su interés por tener un control exhaustivo sobre los territorios que gobernaba.

    El Conde-Duque de Olivares, además de ser conocido por su poder y sus posesiones, también dejó una huella importante en la vida social y cultural de la época. Su relación con la famosa actriz María Calderón, conocida como "La Calderona", fue uno de los escándalos más comentados en la corte. En 1629, el rey Felipe IV tuvo un hijo ilegítimo con ella, y el Conde-Duque, en un gesto de generosidad, le regaló una propiedad en Tomares, un olivar que fue conocido como "El Olivar de la Calderona". Esta propiedad pasó a formar parte de la historia local, y 13 años después, el hijo de Calderón, el infante Juan José de Austria, fue reconocido por el rey. Años más tarde, Juan José demostraría su capacidad como líder militar y político, consolidándose como una de las figuras más relevantes de la historia de España.

    En honor a este vínculo histórico, Tomares conserva una calle llamada “La Calderona”, que marca el lugar exacto donde se encontraba el olivar regado por el Conde-Duque. Así, la historia de Gaspar de Guzmán y Pimentel no solo se recuerda en los archivos históricos, sino también en el urbanismo de Tomares, un recordatorio permanente de la influencia de este poderoso político sobre la zona.