lunes, 10 de julio de 2023

CONDE DUQUE DE OLIVARES EN TOMARES Y SU INFLUENCIA EN TOMARES Y SAN JUAN DE AZNALFARACHE


    Gaspar de Guzmán y Pimentel, conocido como el Conde-Duque de Olivares, fue una figura central en la política española del siglo XVII y un personaje clave en la corte del rey Felipe IV. Su meteórica carrera y su ascenso a la figura de favorito o valido del monarca, le permitió acumular un enorme poder y una influencia considerable sobre diversos territorios de Andalucía, incluyendo la zona del Aljarafe sevillano.

    La historia de Gaspar Guzmán comienza con su nombramiento como valido de Felipe IV en 1621, un cargo que le otorgaba un poder casi absoluto, como consejero de confianza del rey. Aprovechando esta posición, Olivares comenzó a consolidar su poder político y su riqueza personal. En 1623, recibió el cargo de alcaide del Alcázar de Sevilla, un título que le brindaba aún más control sobre la ciudad, y en el mismo periodo compró el señorío de Sanlúcar la Mayor. Un año más tarde, en 1624, obtuvo las alcabalas de Tomares, una de las principales fuentes de ingresos del reino, consolidando su dominio sobre esta localidad, que entonces era la cabecera de la comarca de San Juan, una de las siete jurisdicciones del Reino de Sevilla.

    El poder de Olivares creció rápidamente y, en 1625, el rey Felipe IV lo distinguió con el título de duque de Sanlúcar, lo que transformó su nombre en el famoso "Conde-Duque de Olivares". En esta época, adquirió varias posesiones, ampliando su dominio territorial. Entre sus nuevas adquisiciones se encontraba la calle Real de Castilleja de la Cuesta y, en 1627, los municipios de San Juan y Tomares, que por aquel entonces contaban con una población reducida de unos 250 habitantes. Su influencia territorial fue tal que muchos lo conocían como el "señor del Estado de Olivares", una referencia al vasto control que ejercía sobre estos territorios sevillanos.

    Durante su señorío, el Conde-Duque de Olivares encargó la construcción de la Hacienda Santa Ana, un edificio que, hoy en día, es el consistorio de Tomares. La finalidad inicial de este proyecto parecía ser la creación de una residencia veraniega, un lugar de descanso y lujo para la nobleza de la época. Sin embargo, su influencia no se limitó a la arquitectura, sino que también se extendió al ámbito cultural y administrativo. En 1628, el Conde-Duque encomendó a Miguel de Obando la creación de una cartografía de la villa de Tomares y San Juan de Aznalfarache, así como de las distintas alquerías de su jurisdicción, demostrando su interés por tener un control exhaustivo sobre los territorios que gobernaba.

    El Conde-Duque de Olivares, además de ser conocido por su poder y sus posesiones, también dejó una huella importante en la vida social y cultural de la época. Su relación con la famosa actriz María Calderón, conocida como "La Calderona", fue uno de los escándalos más comentados en la corte. En 1629, el rey Felipe IV tuvo un hijo ilegítimo con ella, y el Conde-Duque, en un gesto de generosidad, le regaló una propiedad en Tomares, un olivar que fue conocido como "El Olivar de la Calderona". Esta propiedad pasó a formar parte de la historia local, y 13 años después, el hijo de Calderón, el infante Juan José de Austria, fue reconocido por el rey. Años más tarde, Juan José demostraría su capacidad como líder militar y político, consolidándose como una de las figuras más relevantes de la historia de España.

    En honor a este vínculo histórico, Tomares conserva una calle llamada “La Calderona”, que marca el lugar exacto donde se encontraba el olivar regado por el Conde-Duque. Así, la historia de Gaspar de Guzmán y Pimentel no solo se recuerda en los archivos históricos, sino también en el urbanismo de Tomares, un recordatorio permanente de la influencia de este poderoso político sobre la zona.

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