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viernes, 29 de marzo de 2019

NÉSTOR ALMENDROS, EL NOMBRE DEL PRIMER INSTITUTO DE SECUNDARIA EN TOMARES


¿Por qué Néstor Almendros  es el nombre del primer instituto de  Tomares?.¿Quién fue Néstor Almendros? La respuesta nos la cuenta Francisco Trapero, ex director y actualmente profesor del Centro, a partir del libro escrito por el también ex director Antonio Gosalves: “NéstorAlmendros en Tomares”.
Néstor Almendros, aparte de reconocido y laureado internacionalmente cámara de cine, fue crítico de cine y autor de numerosos libros. 
Traemos aquí un extracto del mismo, publicado en la web del propio instituto, de los primeros contactos con Néstor Almendros, de su estancia en Sevilla y Tomares y de cómo llegó a sentirse querido por Andalucía. Cómo aceptó la  invitación este barcelonés,“maestro de la luz”, cuya larga carrera discurrió principalmente entre Cuba,Estados Unidos y Francia, de ceder su nombre a un centro educativo en la localidad de Tomares. En sus propias palabras en 1990 "Lo de Sevilla-Tomares es una de las grandes alegrías que he tenido en estos últimos años".
Néstor Almendros, nominado cuatro veces en sus películas ala Mejor Fotografía, obtuvo el Óscar en 1978 con el filme “Días del Cielo”interpretada por Richard Gere.


El 30 de junio de 1989, se construye en la localidad Sevillana de Tomares  un moderno Instituto de Enseñanza Media (hoytransformado en Instituto de Enseñanza Secundaria, I.E.S.). En Él, y como novedad docente en la Administración Educativa andaluza, se implantan las especialidades de Relaciones Públicas e Imagen y Sonido.
"Al ofrecerme la dirección del centro y en un análisis conjunto entre profesores y alumnos, nos pareció oportuno la puesta en marcha de la campaña “Busca nombre para tu Instituto” como vehículo de promoción divulgativa de un profesional ligado a la cinematografía. Tras arduas liberaciones, se perfila como firme candidato Néstor Almendros, primer español galardonado con un Oscar en dirección de fotografía (“Días del cielo”, 1976).
Mi firme objetivo en diseñar en nuestra Comunidad Autónoma un Instituto con proyección de un futuro invadido por la Imagen, contemplaba la formación específica de personal técnico con creciente demanda en el terreno de la tecnología audiovisual (RTVA va a inaugurarse por esas fechas, cercanas ya a la Exposición Universal de 1992).
Estas reflexiones aquí expuestas confluyen en el esbozo por parte de todo el equipo docente de una inauguración en las aulas dignas del gran cineasta a homenajear.
Pienso entonces en contactar con Néstor Almendros allá donde se encuentre. En esas fechas, trabaja en Estados Unidos pero ¿cómo localizarlo?; productoras y distribuidoras cinematográficas no me suministran respuestas concretas.
En noviembre de 1989, al saber de su procedencia catalana, acudo al Departamento de Cultura de la Generalitat para solicitar información al respecto; dos días más tarde, ya obra en mi poder en teléfono y la dirección deseados.
Inmediatamente contactó con su sobrino David quien me comenta la ausencia de su tío de España,por encontrarse en el Festival de Montreal, aunque tiene previsto su regreso a Barcelona a mediados del mes en curso.
El día16 de noviembre, sobre las diez horas, pude al fin establecer comunicación telefónica con el prestigioso cineasta, al que transmito el proyecto del Instituto, que él acoge con espontánea incredulidad (“¿no será una broma,verdad?”).
Trasmis explicaciones y el deseo de inaugurar el centro contando con su presencia en diciembre, le sugiero así mismo la posibilidad de realizar unas prácticas derodaje e impartir una lección magistral sobre iluminación, a lo que Almendros asiente entusiasmado (“estoy encantado, es la primera vez que en mi país sereconoce mi trabajo a través de un organismo oficial, en este caso el gobierno andaluz”).
Un entusiasmo, sin embargo, que no le hace perder su sencillez y modestia: “d etodas formas no comprendo ¿por qué han elegido mi nombre con todas las personalidades que existen en esta profesión?.
Preferimos–argumento- gente que esté viva, para que puedan aportar su presencia y experiencia.
Hombre-apostilla Néstor- una respuesta muy manchega. Mi padre era de un pueblo de Albacete, de Almansa.
¿Cómo?pregunto sorprendido, yo también soy de allí.
Esta curiosa coincidencia hizo que comenzásemos a hablar sobre calles, rincones,amigos comunes. Descubrí que mi abuelo fue el sastre de su padre. Una serie de relaciones y vivencias comunes que permitiría, en el futuro, mantener entre nosotros un amistoso contacto perdurable hasta su muerte.
Así,fiel a su promesa, en diciembre de 1989, se produce la inauguración oficial delInstituto que llevaría su nombre, con los acuerdos establecidos entre la Juntade Andalucía, Ayuntamiento y Delegación de Educación y Ciencia.

El 17de diciembre espero a Néstor en el aeropuerto de Sevilla, procedente de Barcelona, sobre las 15 horas. Llega con escaso equipaje:
“Me gusta viajar siempre muy ligero; entre la gabardina y el chaquetón de cuero, he preferido este último y la cabeza, sí, cubierta, pues con mi escaso pelo temolos resfriados.”
Enseguida pude constatar su cercanía, su acento frágil, con una cierta musicalidad casi caribeña. Muy comedido en su trato, te hacía sentirte cómodo entre su conversación locuaz y culta.
Nada más dejar sus pertenencias en un céntrico hotel cercano a la Plaza Nueva,mostró su deseo por conocer Sevilla, con sólo una fugaz visita años atrás, y recorrer sus rincones, pisarla y olerla: Plaza de San Francisco, Sierpes, Cuna,Catedral, Triana, San Telmo...
Se conmovía ante la arquitectura y el trazado de las callejuelas oscuras y, sobretodo, ante la luz (“¡Qué contrastes lumínicos tan bellos y fuertes!”). Por la calle Betis, su mirada se alineaba a la fila de farolas de luz anaranjada en un itinerario que complementaba con sus precisiones siempre interesantes sobre la luz y el color reflejados en el Guadalquivir.
El día18 se procede al acto inaugural presidido por Antonio Pascual, Consejero de Educación, con la presencia de Néstor Almendros ante un auditorio entusiasta:
“El director Eric Rohmer me decía una vez que lo mejor que le podía ocurrir a un creador literario o cinematográfico era que no le conociesen; Él creía que cuanto menos se conoce a una persona, más se le admira y cuando se le conoce,cuando se ve que existe, que es real, deja de tener su aspecto mítico.
A mí me escogieron Vds., yo creo, porque no me conocen y así pudieron inventarme.
Al ponerse al contacto conmigo Antonio Gosálvez y comunicarme que si quería dar mi nombre a este Instituto, sabía a lo que me arriesgaba viniendo aquí, aceptando esta invitación.
Pero el honor que me hacen es tan grande, que no pude declinarme y aquí estoy para agradecerles a todos el haberme invitado.
Se proyecta en la tarde de ese día “Kramer contra Kramer”, visionado que resulta aún más interesante si setiene en cuenta que dicho film se pasó sin sonido para que Néstor, de manera didáctica, pudiera ir comentando tanto los detalles técnicos, dificultades de iluminación, anécdotas de rodaje, etc, como la libertad que le permitió el director -Robert Benton- a la hora de iluminar, mover la cámara e incluso admitir sugerencias escenográficas”.