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jueves, 3 de abril de 2014

VILLAS ROMANAS EN TOMARES

Esquema de una villa romana idealizada
Imagen de jesusmaría.net
La llegada de los romanos al valle del Guadalquivir tras el enfrentamiento y victoria con los cartagineses en el 206 a. de C. tuvo como primera consecuencia la fundación de la ciudad de Itálica con el fin de asentar a los soldados protagonistas de la victoria, asegurar el control del territorio y empezar el proceso de romanización.
Un siglo más tarde se aprecian las primeras transformaciones en el territorio que se manifiestan en la aplicación del sistema de villas. Pero ¿qué entendemos por villa romana?
Una villa en el sentido romano del término puede tener varias acepciones. Puede ser el edificio correspondiente a un lote de tierra, el lote en sí mismo, o  ambas cosas conjuntamente. Tenemos el concepto idealizado de villa como una propiedad grande y lujosa, pero también puede tratarse de pequeños y humildes centros de explotación agropecuaria, incluso hasta una simple cabaña que posea un lote de tierras para su explotación. Por tanto hay diversidad en el  oncepto y significado de villa: casa de campo, propiedad rural o quinta, granja, residencia fuera de la ciudad… Podemos concluir que la villa romana fue una explotación agrícola fuera de la ciudad (municipium) que consta de un fundus y de residencia familiar.
Normalmente a mayor extensión de la ciudad romana, existe un incremento de villas en los alrededores de su territorio. En este caso, la actual área que comprende el término municipal de Tomares se encontraba junto a las ciudades romanas de Hispalis, Itálica y Osset (San Juan de Aznalfarache).
En relación con el análisis del poblamiento en nuestra zona podemos afirmar que la principal característica de esta primera época fue la gran dispersión por el territorio. Hubo que esperar a las guerras civiles del siglo I para que tuviera lugar el reparto y organización del campo a la romana, situación que se incrementaría con el Imperio y la Pax Augusta.
El siglo I d. C. pues representó la madurez del sistema de explotación agrícola basado en las villas, cuya mayor parte llegaron a tener continuidad al menos hasta el siglo IV d. C.

Estudios arqueológicos atestiguan que la implantación de estas villas en Tomares arranca desde el siglo I en los sitios arqueológicos denominados:
- Talca de Tosa, catalogado como una villa agrícola de nivel medio. Situada en propia zona de Aljamar, en torno al ambulatorio actual y la barriada Mascareta
- El Carmen, ubicado en torno a la hacienda moderna del mismo nombre. Considerada como una explotación económica tipo granja
- Tomares-Casco urbano, los hallazgos permiten apuntar hacia la existencia de una villa romana de cierta entidad y lujo. Destaca la existencia de aguas subterráneas en torno a la c/ La Fuente, lo cual pudo constituir nodo de focalización del poblamiento y la razón de ser de esta villa. Podríamos localizarla en torno a la actual iglesia y plaza de la Constitución de Tomares, posteriormente como Zaudín Bajo.
- Zaudin (Alto), villa de nivel medio-alto. Es el denominado posteriormente como Zaudín Alto que correspondería la zona próxima a lo que actualmente es el campo de golf del club Zaudín - Aljamar, yacimiento situado en las lomas al N de la Estacada del Pozo.

En el siglo II se suman las villas de
- La Venta o Venta Mascareta. En un lugar a la entrada desde Bormujos, en lo que se denomina Valdovina.
- Santa Eufemia, considerada una explotación agrícola de lujo. Arranca desde el siglo II d. C., perpetuándose en el tiempo hasta llegar al mundo andalusí como alquería.